Tutti atriqui. ¿Cómo se dirá en griego?
Esa es la filosofía con la que la selección helena se consagró campeóna de la Euro2006. Mal año para el fútbol europeo, evidentemente. Pero parece que hoy lo importante es no perder. Y cuando se juega a no perder, se juega a lo que jugó Grecia hoy: a nada. Si me decís: "Jugamos tirados atrás para salir rápido de contra y aprovechar la efectividad de los de arriba" (como hizo el Inter de Mourinho en las semis de la Champions), bueno, está la idea de jugar a algo. Pero solamente jugar a defender... Eso es tener poco amor por el fútbol. Y poco amor propio: Grecia tenía la posibilidad de clasificarse a la fase eliminatoria si se daban los resultados (que incluían la propia victoria), pero no: ni siquiera estando 1 a 0 abajo intentaron jugar.
Ya despotriqué lo suficiente contra la filosofía "anti-fúlbo" (como bien la caracterizó Richard La Volpe). Paso al partido.
Puede decirse que con Grecia aparecía la primera prueba de carácter: era una instancia decisiva, un equipo que siempre propone poco y eso siempre juega en los nervios de los jugadores (antes del partido, por el momento en que se juega, y durante el partido por la frustración de enfrentarse a un equipo que sólo quiere no querer jugar). Afortunadamente la prueba se superó. El primer tiempo fue feucho. Poco fútbol (hoy Perfumo dijo "cuando uno no quiere, dos no juegan", tal cual). En un 80% fueron iniciativas argentinas chocando contra prácticamente dos líneas de cinco. Las únicas tentativas de ataque griegas: un par de pelotazos a Samaras (peligrosísimo delantero: sólo contra el mundo y así y todo complicó; hay que trabajar en defensa). Poco para destacar: la movilidad de Verón y Bolatti (que cortó poco, pero se metió bien el en circuito de pases de Argentina), un par de jugadas aisladas del Kun en la primera media hora de juego y las subidas de Clemente, que se intensificaron en el segundo tiempo. Messi: muy marcado, un tipo que lo seguía por toda la cancha y el resto atentos a escalonar la marca para que no avance.
El segundo tiempo no fue muy diferente. Salvo porque se decidió abrir a Messi a la derecha para descongestionar el centro del campo y haciendo la diagonal hacia el medio hizo un par de jugadas ofensivas de relativo peligro. Samaras siguió complicando a los dos del fondo (Otamendi, cuando no subía, lo manejó perfectamente). Ahí vinieron los cambios: Pastore y Di María le dieron otra movilidad al equipo, otro aire. Di María, bien tirado a la izquierda(y juntándose con Clemente), Messi bien tirado a la derecha (juntándose con Verón) y en el centro Bolatti y Pastore más adelantado. Llegó el gol pero el partido no cambió: ya dije que estando 1 a 0 abajo los griegos no buscaron nunca el resultado. Y Argentina durmió el partido todo lo que pudo, sin dejar de buscar: de esa búsqueda incesante llegó el gol del Titán (las vueltas del fútbol...).
Pastore y Otamendi, pibes y debutantes, estuvieron fantásticos.
Lo positivo: Argentina dio muestras de que sale a ganar, eso implica descuidar la defensa, pero la actitud no cambió en ninguno de los tres partidos jugados. También está el hecho de que se demostró que hay banco, que los que entran de afuera lo hacen en buena forma. Por otro lado, y salvo por algunos momentos, el equipo no perdió la paciencia (claro: la suerte estaba echada, pero es un buen precedente). Y Messi sigue jugando bien, eso es lo más positivo de todo.
Lo negativo: los desajustes en defensa, que Maxi Rodriguez todavía no entienda cómo tiene que jugar con (para) Messi, que Milito no haya tenido ni una.
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